Era quedarse a solas con el pozo de sombras de debajo de la cama y una colonia de muñecas despeinadas. La superficie lisa y oscura de la parte más honda de la piscina. Era pararse en lo alto de una cuesta sobre patines de ruedas o cruzar de noche frente a la verja imponente del cementerio. Era sencillo y racional y podía curarse aguantando la respiración y cerrando fuerte los ojos. Después hasta los monstruos terminan creciendo, dan el estirón y se les afina la silueta, se les caen los pelos verdes y se transforman en un leve pavor a no vivir, que siempre puede mantenerse a raya con cielos azules y noches de sábado. Pero ahora es infinitamente peor. El pánico anida en las sábanas sin arrugas y las madrugadas llenas de páginas, se esconde en los cuadernos amarillentos y acecha hasta en las fotos nuevas donde hay ojos oscuros que miran sin ver. Es visceral y absurdo como los celos más vulgares y no tiene ni pies ni cabeza, pero vacía de oxígeno todas las habitaciones. El auténtico, inconfesable terror fue siempre no quedarme sola.
SEREMOS GATAS, DE ACUERDO, SEREMOS GATITAS SI SE EMPEÑAN, PERO CON ALAS. IMAGÍNATE, LAS MUJERES Y LAS GATAS EN CASITA, RONRONEANDO Y LAVÁNDONOS LA CARA TODO EL RATO, QUÉ MÁS QUISIERAN ELLOS. PERO NOSOTRAS NO, NOSOTRAS VAMOS A VOLAR.
"Regiones devastadas" Enriqueta Antolín
"Regiones devastadas" Enriqueta Antolín
sábado, 31 de enero de 2009
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2 comentarios:
Gracias a ti!!
enserio me mata tu estilo...
felicidades y adelante!
gracias por seguir
Gracias a ti!!
enserio me mata tu estilo...
felicidades y adelante!
gracias por seguir
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